Yo se que no hay por quién esperar, que solo vives en mis sueños y que nunca sucederá ese encuentro. Hoy más que nunca me di cuenta de eso, cuando sin notar una lágrima caía y se elevaba hacia el cielo, llenándolo de mis vacíos sueños. De todos modos, si alguna vez vienes, siempre estaré esperándote.
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