No se que pensar. Antes todo decía que nunca serías el ideal, que nuestras diferencias eran como un duelo mortal, y que nunca alguien como tu a mi lado podría estar. Pero otra vez el sol brillo en la lluvia. El viento sopló cambiando la página. Ahora más que nunca pienso que quizás eres el indicado. El que podría sacarme de esta tétrica penumbra, olvidada y dolorosa. El destino podría estar escrito en las paredes, nombrando que tu podrás sanar mis heridas. Robarme una sonrisa de mi rostro, donde solían solo haber lágrimas.
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