Se va sin mirar hacia atrás. Sin dejar huellas, ni siquiera una pista. Se va sin saber que yo estoy clavada en la tierra, esperando a volver a verlo. Se va sin avisarle al viento, para que por lo menos, el pueda acercarme su perfume. Se va sin haber escuchado mis palabras, sin haber oído mis latidos.
Se va, como en todos los amaneceres, cuando mis sueños terminan. Se va sin dejarme una prueba de que todo esto no vive solamente en mi.
Difícil decir adios cuando alguien importante deja de ser parte de nuestras vidas pero no de nosotros, si se va que sea por haber aprendido algo y no por cobardia. Te deseo lo mejor para este año que recien comenzo!
ResponderEliminarInteresante espacio el tuyo,
ResponderEliminarsi te gusta la poesia te invito a mis blogs.
que tengas una buena semana.
saludos.