sábado, 4 de agosto de 2012



Se va sin mirar hacia atrás. Sin dejar huellas, ni siquiera una pista. Se va sin saber que yo estoy clavada en la tierra, esperando a volver a verlo. Se va sin avisarle al viento, para que por lo menos, el pueda acercarme su perfume. Se va sin haber escuchado mis palabras, sin haber oído mis latidos.
Se va, como en todos los amaneceres, cuando mis sueños terminan. Se va sin dejarme una prueba de que todo esto no vive solamente en mi.

3611096491_a010ae7926_z_large