domingo, 4 de diciembre de 2011

Me levanto por la mañana. Me asomo por la ventana. Veo el sol resplandeciendo, como jamás lo hará mi corazón. 
No tengo a nadie a quien amar, no tengo palabras que derramar. No podré compartir jamás el corazón latente y profano que aún conservo.
Trato de buscar puertas, ventanas, o una escalera hacia el amor. Una salida a todos los sufrimientos por la irrealidad, persistente y marchita. 
Gritos desgarradores acaparan mi mente. Preguntan si algún día todo será distinto, si algunas ves todo lo que sueño será verdad. ¿Quien tiene las respuestas? No las encuentro en este profundo mar.
Es imposible respirar sin aire. Es imposible vivir sin razón. Amar sin ser amado.
Creo que me quedaré esperando otro día más. Anhelo que no sea en vano.



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