viernes, 23 de septiembre de 2011

Salimos caminando hasta llegar al parque, en donde nos encontraríamos con los demás. No solté su mano en todo el camino, era una manera de sentirme protegida, en mi propio mundo, en mi utopía perfecta. 
Nunca pensé en valorar tanto un sentimiento. Pero al conocer a ****, conocí al amor. Conocí el verdadero significado de la vida; y también por lo que todo daría. Me sentía feliz, libre, radiante. Eran esos momentos, en cuando todo estaba majestuosamente bien, en donde todo marchaba rumbo a la felicidad, pues no había otro carril que tomara el tren en el cual estábamos.

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