jueves, 25 de agosto de 2011

Me pides lo imposible; no llorar esta noche. ¿Como lo logro sabiendo que no te tengo? Por mayor intento, las lágrimas caen por si solas. Ni siquiera hay momentos por recordar, que al menos las puedan calmar. Ni siquiera hay suspiros de realidad que soltar, cuando todo esto va más allá de la verdad. No hay recuerdos que olvidar, sin memorias que soportar. Y esas esperanzas de que algún día todo será, se apuntan nuevamente en mi lista de promesas a olvidar.




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